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en la Gestión de Conocimiento.
Hacia las sociedades del conocimiento
Cuando comienzo a
reflexionar e indagar en mi propio proceso de aprendizaje, me detengo a pensar
¿Qué estoy haciendo desde mi parte individual para adquirir, retener,
internalizar y exteriorizar, el proceso de aprendizaje? ¿Cómo se ha dado el
proceso de socialización con mis semejantes en pro de una riqueza y creación
del conocimiento? Y ¿Qué hago desde mi labor docente para gestar comunidades
del conocimiento, tomando en cuenta la parte individual y colectiva de mis
estudiantes y teniendo como eje integrador las Tecnología de la Información y
Comunicación? Estas son interrogantes, que me permiten hacer una introspección
de mi persona, como individuo capaz de producir saberes, e iniciar desde mis
ambientes de aprendizajes sociedades del conocimiento, teniendo como eje
central al estudiante como figura protagónica de creación e innovación del
conocimiento.
Lo establecido
por la UNESCO, deja ver que el aprendizaje individual, es una materia en
movimiento, de constante transformaciones y es considerado un valor agregado
para que las sociedades del aprendizaje este al día en su organización, con su
talento humano, sobre los cambios vertiginosos y postmoderno que exige la
sociedad. Para eso el aprendizaje cooperativo, toma mayor énfasis entre todos
los individuos de una organización, pues permite socializar ese aprendizaje
individual o tácito de cada estudiante asociado a un aprendizaje cooperativo o
explicito entre todo el colectivo, en pro de la formación constate del
individuo.
En este mismo
orden de ideas, es importante mencionar, lo establecido por la UNESCO (2005),
ideas que comparto, que “Aprender a aprender significa aprender a
reflexionar, dudar, adaptarse con la mayor rapidez posible y saber cuestionar
el legado cultural propio respetando los consensos. Estos son los pilares en
los que deben descansar las sociedades del conocimiento”. (p.71). Los
planteamientos de la UNESCO, permiten afirmar lo importante del aprendizaje
cooperativo entre todos los individuos, garantizando las condiciones de
igualdad para todos, respetando los puntos de vista individual y colectivo, y,
sobre todo, utilizar el aprendizaje como una actividad mediadora de reflexión,
reorganización, retención, aprehensión, internalización y externalización del
conocimiento, que sin lugar a duda, afianzan las bases que rigen la sociedad
del conocimiento.
De esta forma,
doy respuestas a las dos primeras interrogantes planteadas al comienzo de este
escrito. Ahora como se relaciona el aprendizaje individual, el aprendizaje
cooperativo, como bases sustentadora de la sociedad del conocimiento en función
de generar desde los ambientes de aprendizaje la creación, innovación y
producción del conocimiento. Para eso debe haber primero, una renovación de la
praxis educativa que rompa con la concepción de una educación tradicionalista,
basada en la repetición de contenido y de saber copiar un conocimiento estéril
y carente, cada día más alegado de la creación e innovación de los saberes.
La praxis
educativa debe adaptarse a los nuevos cambios que en materia de educación exige
a un estudiante ir más allá de ciertos datos e informaciones presente en su
proceso de aprendizaje. Por lo tanto la tarea del docente es propiciar en el
aula de clase un intercambio de saberes, tomando en cuenta el aprendizaje
individual y colectivo de sus educandos, adaptando la investigación y las TIC,
como proceso articulador y generador de saberes, en donde el docente se
convierta en estudiante investigador y el educando en docente investigador, es
decir, la empatía e intercambios de roles en el proceso educativo de la
construcción del conocimiento.
Lo ante
mencionado, se sustenta en lo expresado por la UNESCO (2005) cuando considera
que el docente o facilitador “debería estar en condiciones de ponerse en el
lugar del educando para experimentar él mismo la estimulación que representa el
acto de aprender y poderla transmitir a su vez”. (P.71). En otras palabras se
necesita de un docente que trasmita conocimientos con sus acciones más que con
su verbo.
Asimismo, el
docente debe estar a la par de los cambios tecnológicos e introducirlo en la
planificación docente como estrategia que permite la socialización del
aprendizaje, fomenta el aprendizaje colaborativo, autónomo y autodidáctico en
los estudiantes, partiendo de sus necesidades básicas e interés para lograr un
verdadero aprendizaje para la vida. Para eso las TIC, como herramienta didáctica
ofrece una variedad de estrategias que permite la construcción del saber de
manera significativa. Por lo tanto es prioridad que el docente actualice sus
conocimientos a la par de las transformaciones tecnológicas.
En la medida
en que cada organización educativa trabaje en función de sus necesidades y de
las potencialidades de su talento humano, en esa forma, se inicia un proceso de
transformación de cada uno de los actores sociales, con mira a un trabajo en
equipo, quede como resultado equipo de alto rendimiento. En la capacitación
constante y en las estrategias gerenciales de una organización, está la clave
para lograr estos objetivos.
En atención a lo mencionado hasta acá, te invito a que
observes el siguiente vídeo:
Bibliografía:
Nonaka y Takeuchi. (1995). La organización Creadora de
Conocimiento. Universidad de Oxford.
Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencias y la Cultura. (2005). Hacia
las Sociedades del Conocimiento. Ediciones UNESCO.
Una vez,
observado el vídeo, ¿Qué elementos
consideras necesarios para que los docentes inicien un proceso de
transformación desde sus ambientes de aprendizaje con mira hacia una sociedad
del conocimiento y la información, que tenga al estudiante como ente protagónico
de este proceso?
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